Por Katie Yamasaki, Maestra de Arte y Ballet de la Escuela Pública de Danza en Nueva York
Uno de los grandes placeres que me da el enseñar es colaborar con los maestros de ciencia participativa en mi escuela. No pretendo ser una experta en muchas cosas, incluyendo programas de ciencia participativa intermedia, pero he notado a través de los años que los estudiantes aprenden mejor cuando hay conexiones entre las diferentes ramas de estudio. Estas lecciones multidisciplinarías les enseña que el arte esta en el mundo alrededor de ellos.
Una de mis lecciones favoritas que hago con niños se inspiró en un proyecto que hice en la universidad. Tuvimos que pintar un ave, llevarla de paseo alrededor de la ciudad y tomarle fotografías en situaciones fuera de lo común. Yo hice un grupo de 4 pingüinos turistas y encontré que era muy divertido para mí y para todos los que encontré mientras cargaba cuatro pingüinos.
Este proyecto puede realizarse con un grupo de cualquier edad, y cualquier animal se puede usar como modelo. Sin embargo, las aves son especialmente mágicas, en este proyecto yo tengo dos variaciones.
Los estudiantes de cuarto grado trabajan con su maestro en un animal norteamericano común estudiando detalles de su vida. Investigan tamaño, textura, color, reproducción, dieta, hábitat, depredadores, presas, etc. Los estudiantes también buscan el mayor número posible de fotos del animal. Si no pueden encontrar ninguna, el maestro me da una lista de los animales que no encontraron, y yo busco las fotos por Internet.
En la clase de arte, los estudiantes empiezan a hacer dibujos basados en la observación de su animal en una versión pequeña. Luego, se les da un pedazo grande de cartulina (36” ×24”) y recrean su animal de gran tamaño. Esto puede ser complementado con una clase básica de dibujos en cuadro, donde los estudiantes dividen el dibujo pequeño en cuatro, la cartulina en cuatro y hacen el dibujo grande de esta manera si quieren. Muchos estudiantes prefieren hacer un animal grande sin otro tipo de ayuda, lo que está perfectamente bien. Dibujar en cuadros es bueno para estudiantes que tienen dificultad dibujando el dibujo en grande.
Los dibujos los recortamos con un cortador de cajas, que consume menos tiempo, y muchas veces se puede obtener con la ayuda de los maestros de la clase de ciencia. Después, tomamos un paseo al Parque Central, a un área con gran variedad de hábitat natural donde podemos instalar nuestras animales para tomarles fotos. Cerca de la entrada en la calle 59 y 5ta avenida, se encuentra un lugar ideal para nosotros porque hay un lago, varios tipos de rocas, una gran variedad de árboles, y varias lomas con hierbas. Durante nuestro paseo, el maestro siempre tiene algún tipo de actividad relacionada con ciencia que hace con los padres y la mayoría de los estudiantes participen. De esta manera, yo puedo llevar cuatro niños a la vez, quienes llevan sus animales al hábitat más parecido al donde naturalmente viven. Allí, tomamos fotos sin preocuparnos del resto de la clase.
Cuando los estudiantes reciben las fotos que tomaron, ellos pueden ser parte de un reportaje o historia creativa de su animal. Pintando los animales refuerza los detalles de la fisiología del animal, e instalándolo en su hábitat natural hace que la experiencia sea más memorable y les haga pensar en la relación entre animal y hábitat.
La versión del proyecto para octavo grado es similar, pero incluye una lección acerca de la expansión hacia el oeste. Los estudiantes escogen una animal norteamericano, pero esta vez el producto final es un diario que los estudiantes crean sobre la vida de un pionero que viaja al oeste.
Con la clase de octavo grado, se pone más atención a la técnica de dibujo. Pintar un animal grande es una buena manera de practicar y aprender sobre textura, volumen, reflejos, sombra, color, y forma. Todo esto es muy simple porque los estudiantes están mayormente trabajando con un número limitado de colores sin preocuparse de su ensayo. Ellos pueden dedicar su atención y cuidar de los detalles.
El paseo es básicamente igual al que hacemos con los estudiantes de cuarto grado pero con actividades diferentes de ciencia. El proyecto esta dividido en partes iguales de ciencia participativa y arte.
Cuando los estudiantes de octavo grado reciben sus fotos, ellos reciben dos copias: una en blanco y negro para ponerla en su diario, y otra en color para ponerla en una exhibición. El diario incluye una detallada descripción de su animal, como si el pionero viera el animal por primera vez. También puede incluir dibujos de fases lunares, dibujos de constelaciones apropiadas para el año y lugar, notas personales sobre la vida que los pioneros vivieron. Estudiantes crean diarios que parecen viejos- con manchas de café, puntas de papel quemadas, y cubiertas parcialmente destruidas por el clima. Finalmente presentan su proyecto, animales, y diarios a estudiantes de cuarto y quinto año en la escuela. Todas las presentaciones y exhibiciones que son parte de este proyecto inspiran a estudiantes cuando es su turno de participar en el proyecto.
Antes que nada, este es un proyecto muy entretenido. Llevamos a los niños de paseo al parque, y exploramos el hábitat natural que esta alrededor de nosotros. Es increíble leer lo que escriben en los diarios sobre los animales, las relaciones que ellos formaron con las aves, preocupaciones sobre depredadores, y el medio ambiente. Ellos tienen varios desafíos a través del programa, y su evaluación depende de un gran esfuerzo en las tres partes del proyecto. Sin embargo, la conexión al tema (especialmente su animal) es muy especial para los participantes de todas las edades que gozan mucho de este proyecto, y lo encuentran memorable. Además, desde estudiantes pequeños, que esperan su turno para hacer el proyecto, hasta persona que toman el metro que ven con gusto cuando los niños llevan los animales al parque durante la hora de trabajo, se deleitan con la obra realizada.